Fernando Hierro, actualmente jugador del Real Madrid, es uno de los mejores defensas que han pasado por la élite del fútbol.

Desde pequeño ha vivido rodeado de balones, tanto por parte de su padre como por parte de sus hermanos, Antonio (jugador del Málaga y del Hércules), y Manolo (que jugó en el Málaga, Betis, Valladolid, Barcelona y Tenerife).

Comenzó sus primeros pasos en el equipo de su pueblo, el Vélez (en la categoría infantil). Más tarde, se incorporó a la categoría juvenil y jugó en el Torre del Mar, y por fin, en su equipo soñado, el Málaga C.F. donde estuvo dos años (hasta los dieciocho). Su estancia en el Málaga no fue muy favorable, puesto que no confiaron en él y decidieron cederlo. Fernando y sus hermanos, no creyeron que a su edad fuera buena una cesión, así que decidió volver a jugar en el equipo de su pueblo, el Vélez, en regional preferente.

Para entonces, Fernando ya había dejado de estudiar, y combinaba el fútbol con su trabajo en un taller mecánico.

Pero su suerte pronto cambió, ya que su hermano, Manolo Hierro, que por entonces jugaba en el Valladolid, le comentó al Mister (Vicente Cantatore), que tenía un hermano que jugaba muy bien al fútbol. Éste le dijo que le llevara para probarlo,  Fernando convenció al entrenador, y acabó jugando con el Valladolid Promesas en tercera división. Fernando recuerda lo que Cantatore le dijo a su hermano durante la presentación oficial de los equipos, entre el filial y el primer equipo. "Fernando Hierro jugaría en primera división ese año".

Y así fue, con tan solo diecinueve años, Fernando dejaba atrás los campos de tierra, ya que a los 15 días de llegar al Valladolid, estaba entrenando con el primer equipo a las órdenes del chileno Cantatore, y a los tres meses debutaba en la primera división.

Durante su estancia en el Valladolid, llegó a convertirse en el líder del equipo y tras haber entrado   humildemente, se fue por la puerta grande.

Pero su brillante curriculum no había hecho nada mas que empezar, Clemente iba a entrenar al Atlético de Madrid y necesitaba centrales altos, Hierro lo es y Jesús Gil no se lo pensó. Se puso de acuerdo con el presidente del Valladolid y el día en que ambos clubes se enfrentaban, se anunció la contratación del malagueño.

Todo estaba arreglado, tan solo faltaba el consentimiento de Fernando, pero éste comentó que no sabía nada del asunto y a regañadientes, se vio obligado a posar ante las cámaras con la camiseta rojiblanca.

Pero la sorpresa llegó cuando salió la noticia de que el jugador había fichado por el Madrid de Mendoza. Al parecer no hubo firma por parte del malagueño, con lo que los acuerdos del Valladolid y del Atlético de Madrid, no servían para nada.

Fernando Hierro lo tenía claro, desde pequeño había sido del Madrid y ahí se iba a quedar. Fichó por el Madrid en la temporada 89-90 y ese mismo año consiguió su primera liga. Al principio le costó ganarse el puesto, pero esa temporada le sirvió de trampolín para la fama y la selección.

Desde entonces ha permanecido en el Real Madrid y ha sido numerosas veces internacional con la selección española de fútbol.